✈️ 10 cosas que más vas a extrañar cuando te mudes a otro país (Versión Au Pair)
Hola bellezas,
Me da muchísimo gusto volver a escribirles como cada miércoles 💌 Hoy les cuento, les chismeo y les comparto esas 10 cosas que más extrañamos cuando nos vamos a vivir la experiencia au pair (digo diez… pero seguro son más, ¿a poco no?).
Mudarnos a otro país no es cualquier cosa. Dejar a tu mamá, tu papá, hermanas, hermanos, abuelitos, tu comida, tus amigas, tus lugares favoritos… cuesta más de lo que uno se imagina. Pero también es cierto que, al estar lejos, aprendemos a valorar TODO muchísimo más.
Subirte a ese avión te llena de alegría, sí, pero también de nostalgia, miedo, emoción y un montón de sentimientos encontrados. Y en medio de este torbellino, te das cuenta de que empezar de cero duele, pero también transforma.
¿Qué tal si empezamos a enlistar esas cosas que más se extrañan? Te invito a leer mi lista, y si crees que me faltó alguna, déjamela en los comentarios. ¡Me encantará leerte! 💬✨
1. La comida de mamá (o de tu país) 🍲
Esa comida hecha con amor, con sazón… ¡con sabor de verdad! No como la insípida que pides por delivery y terminas comiendo solo porque tienes hambre, no porque se te antojaba jajaja.
Extrañas esa comida que te esperaba cuando llegabas a casa, los antojitos callejeros, las tortillas recién salidas del comal, ese caldito que te curaba el alma... y sí, aunque vayas a un restaurante de comida "típica" en el extranjero, JAMÁS sabrá igual.
Y ahí es cuando te pasa lo inevitable: aprendes a cocinar.
O bueno, intentas replicar ese sazón que tanto extrañas.
Spoiler: puede que no te salga igual... pero te sorprenderás cocinando cosas que jamás tocaste en tu casa. Y aunque te queden medio raras al principio, se siente bonito. Porque sí, una de las cosas que tienes que aprender cuando vives lejos de casa es esto:
sobrevivir a punta de antojos, nostalgia y muchas nuevas recetas.
Es parte de crecer. Y también parte de apapacharte tú solita ❤️
2. Tu familia y tus amigos 💞
Sí, incluso a ese herman@ con quien te peleabas todos los días... también lo vas a extrañar.
No ver a quienes amas te parte el corazón. Y aunque tenemos videollamadas, stickers, memes y mil formas de comunicarnos, nada reemplaza un abrazo en persona, una comida en familia o esas pláticas nocturnas en la sala mientras todos ven el mismo programa.
Extrañas llegar con mil cosas que contar y tener a alguien que te escuche. Extrañas compartir una comida sin tener que explicar lo que estás comiendo.
Y ni se diga de los amigos…
Salir a tomar un café, reírse de tonterías, planear cosas y luego no hacerlas, solo por el gusto de estar juntos. Todo eso ya no está, y duele.
Además, aquí es cuando también te das cuenta de quién es tu verdadera familia y quiénes son tus verdaderos amigos.
Sí, es duro, pero también real: algunos desaparecen. Otros se vuelven más cercanos que nunca. Y en ese proceso, aprendes a valorar aún más a los que siguen ahí, incluso con la distancia.
3. Hablar en tu idioma 🗣️
¡Ya sé, ya sé! Es parte de la experiencia —y sí, por eso nos mudamos también— para aprender o mejorar el idioma.
PERO DIOS MÍO…
Hay días en los que mi cerebro ya no puede más y solo quiero hablar en español, chismear a gusto, tirar sarcasmo, decir refranes y hacer bromas sin tener que traducir mentalmente cada palabra.
Al principio fue horrible. Sentía que me trababa, que pensaba lento, que no era yo. Literalmente mi personalidad se quedó en mi país y acá me sentía como versión demo.
Spoiler: con el tiempo mejora, lo prometo. Ahora ya no me pasa tanto…
pero al inicio, qué terror. 😮💨
Y es que no se trata solo del idioma, se trata de sentirte tú misma. Porque cuando hablas en tu idioma, vuelves a casa aunque estés lejos. 💖
4. Sentirte apapachada 🧸
Cuando te mudas como au pair, tu mente ya no está solo en ti.
Ahora piensas en los niños 24/7: que si se caen, que si se enferman, que si no encuentran el vaso azul con dinosaurios de colores (porque sí, ese y solo ese les sirve 🙃). Tú ya no eres tu prioridad, porque estás ocupada cuidando a otros.
Peeero… ¿qué pasa cuando tú te enfermas? ¿Cuando te sientes triste, sola, cansada o simplemente necesitas un abrazo?
La realidad es que no hay nadie ahí que te haga tu caldito de pollo, que te diga "duerme tantito, yo me encargo", o que se siente a platicar contigo sin que tengas que pedirlo.
Y en esos momentos, el sentimiento de soledad crece. Extrañas a tu mamá como nunca.
Pero también —y aunque suene cliché— es parte de crecer.
Te toca cuidarte sola, ser tú la que busca soluciones, la que se hace el té, la que se abraza mentalmente y se dice: “Todo va a estar bien.”
Y aunque no siempre es fácil, es parte de convertirte en la adulta que ya eres (aunque a veces no quieras serlo jajaja).
5. Tu barrio, tus calles, tus lugares favoritos 🏘️
Sí, vivir en una gran ciudad tiene lo suyo: los rascacielos, las vistas del puente, las tiendas bonitas, el "primer mundo".
Pero a veces, lo que más extrañas es esa tiendita de la esquina donde encontrabas de TODO —desde un refresco hasta un cargador— y no como ahora, que tienes que manejar 15 minutos solo para comprar chicles.
Extrañas tus calles, esas llenas de color, de ruido, de vida. Extrañas ver al vecino chismoso asomado por la ventana, a la señora que siempre te saludaba con cariño, a la gente que aunque no conocías, ya sentías familiar.
Y claro, ese cafecito al que ibas con tus amigas a reír, a llorar o a platicar por horas sin prisa.
Porque no son solo lugares, son pedacitos de tu historia.
Son esos rincones donde te sentías tú. Donde sabías quién eras y dónde estabas. Y cuando estás lejos, los recuerdas como se recuerdan los abrazos: con una mezcla de amor, nostalgia y ganas de volver aunque sea un ratito.
¿Seguimos con el punto 6? Puedes mandarme tu borrador o si prefieres, te doy ideas y tú eliges por dónde quieres desarrollarlo.
6. Tu rutina de siempre ⏰
Qué loco, ¿no?
Quizás antes estabas harta de esa rutina aburrida y repetitiva... pero de repente, darías lo que fuera por volver a esos días donde todo era más simple.
Donde sabías exactamente hacia dónde ir, a qué hora pasaba el señor de los elotes, qué ibas a hacer después del trabajo o la escuela, dónde veías las mismas caras y saludabas sin pensar.
Esos pequeños detalles, que antes ni notabas, ahora los extrañas un montón.
Porque aquí TODO es nuevo. No sabes cómo moverte, ni qué camión tomar, ni a quién saludar. Te sientes desubicada, abrumada, loca por recuperar esa sensación de estabilidad.
Pero, ¿sabes qué? Con el tiempo lo logras.
Aprendes. Te adaptas. Te vuelves una máster de tu nueva rutina.
Y sin darte cuenta, sales de tu zona de confort y descubres una versión de ti más fuerte, más independiente y más valiente de lo que imaginabas.
7. Reírte sin tener que traducir primero 😂
Uno de los momentos más frustrantes (y graciosos a la vez) es cuando todos a tu alrededor se están riendo y tú solo estás ahí con cara de: “jajaja… ¿qué dijeron?”
Y no es que no seas divertida, ¡claro que lo eres! Pero cuando vives en otro idioma, el humor cambia y entender un chiste puede ser toda una misión.
Extrañas poder chismear con tus amigas sin tener que pensar en inglés.
Extrañas hacer bromas, tirar sarcasmo, usar frases locales de tu país, y que todos te entiendan sin tener que explicar.
Extrañas reírte sin esfuerzo, reírte a carcajadas, reírte porque te nace, no porque estás tratando de caer bien o de encajar.
Porque sí, te adaptas…
pero la risa en tu idioma es otra cosa. Tiene ritmo, tiene alma, tiene ese no sé qué que te hace sentir en casa. Y cuando estás lejos, te das cuenta de lo poderoso que es simplemente reírte sin tener que pensar tanto.
8. Celebrar tus logros sin alguien cerca 👏
Cuando vives lejos de casa, a veces logras cosas grandes o pequeñas y no tienes a quien contarle en persona. No hay ese abrazo, ese “¡qué orgullo!” o esa mirada que dice “lo hiciste bien.”
Extrañas celebrar con tu familia y amigos, que te reconozcan y te acompañen en tus triunfos.
Pero también aprendes a celebrarte a ti misma, a ser tu fan número uno y a valorar cada paso que das, aunque sea a la distancia.
Porque crecer lejos significa también aprender a reconocerte y motivarte, incluso cuando nadie más está ahí para hacerlo.
9. Sentirte “tú” en un lugar nuevo 🎭
A veces reírte a carcajadas no es bien visto, escuchar tu música a todo volumen o limpiar la casa con todo el flow no está permitido. Arreglarte para salir, cuando aquí todos andan en pijamas, puede parecer raro jajaja.
No eres tú el problema, es que tienes que adaptarte a tu nuevo hogar. Y en ese proceso de adaptación, cambias.
A veces ya no te sientes del todo tú misma porque dejas de hacer ciertas cosas para encajar, para no llamar la atención o simplemente porque el ambiente es diferente.
Pero si lo ves desde otro lado, también es una oportunidad para descubrir una nueva versión de ti que no conocías, una versión que quizás te guste.
Eso también es nuevo y es parte del cambio, del crecimiento.
10. Saber que nada vuelve a ser igual… y está bien 🌎
Cuando te vas como au pair, crees que después volverás a “tu vida normal” como si nada hubiera pasado… pero la verdad es que nunca vuelves a ser la misma.
Todo cambia: tú, tu forma de ver el mundo, tus prioridades, tus relaciones. Incluso si vuelves a tu país, algo dentro de ti ya se movió.
Y aunque eso puede dar miedo, también es hermoso. Porque aprendiste a vivir lejos, a crecer sola, a tomar decisiones, a conocer otras formas de pensar y a ver tu propia cultura con otros ojos.
No es fácil, no siempre es bonito, pero es real.
Y te deja con una versión de ti que jamás hubieras descubierto si no te hubieras atrevido a subirte a ese avión.
Y bueno, bellezas, hasta aquí este blog lleno de nostalgia, recuerdos, risas y un poquito de corazón apachurrado.
Mudarse a otro país no es fácil, pero todas estas cosas que extrañamos también nos muestran lo mucho que hemos crecido.
Cuéntenme en los comentarios:
👉 ¿Con cuáles de estas se identifican?
👉 ¿Qué otras cosas sienten que se me pasaron?
Me encantará leerlas, compartir experiencias y apapacharnos entre todas, que para eso estamos. 💌
No olviden compartir este blog si conocen a alguien que está por vivir la experiencia au pair (o ya la está viviendo y necesita un abrazo virtual).
Y recuerden… si me siguen, sus niños tomarán nap hoy. 😌🍼✨ No lo digo yo, lo dice la energía del universo jajaja.
Nos leemos en el siguiente blog, bellezas. Cuídense mucho.